Cuando Agatón triunfó con su primera tragedia, él y sus compañeros filósofos celebraron su victoria al día siguiente, en una reunión que denominaron “El banquete”, puesto a que se dedicaron a comer, beber y expresar sus opiniones acerca del amor.
El primero que tomó el derecho de palabra después del anfitrión fue Erixímaco, quien planteó apoyado por Fedro que debían de hacer elogio al dios Eros, puesto a que a pesar de ser uno de los dioses más antiguos, ni los poetas ni los sofistas rinden ningún himno o escrito a tan importante dios. Todos los asistentes a la reunión estuvieron de acuerdo y aceptaron la propuesta de debatir sobre el tema, ofreciendo cada uno de ellos un elogio al dios Eros y ver hasta dónde podían profundizar en el tema del amor.
Según expresó Apolodoro que le fue contado por Aristodemo, Los discursos de los elogios más significativos fueron enunciados por varios de los presentes en dicho banquete.
Fedro en su discurso comienza reconociendo al dios Eros como importante por su existencia, puesto a que Hesiodo hace referencia de los demás dioses después de él lo que da como hecho que Eros es el más antiguo. Al hablar del amor dice que debe ser el norte de todo hombre más que cualquier riqueza o posesión y por toda su vida, puesto a que todo lo que un hombre no es capaz de hacer, incluso hasta ser un esclavo, puede hacerlo si está enamorado. Supone que el amante es capaz de dar la vida por su amado y viceversa, pero es más reconocido cuando un amante da la vida por su amado. En conclusión afirma que el dios Eros es el más idóneo para brindar la felicidad al hombre por medio del amor.
Después de Fedro, Pausanias expresó sus pareceres acerca del discurso anterior, sugiriendo que todo aquello era cierto pero que no se podía hablar de un solo Eros, puesto a que éste no podía ser sin Afrodita y Afrodita sin éste, por lo tanto para elogiar a Eros había que reconocer que son dos. Las acciones pueden ser feas o bonitas según la forma en que se realicen y el amor puede ser sublime o vulgar según como se manifieste. Con esto Pausanias explica que hay dos clases de amor: El que solo prestan atención de alguna cualidad efímera o incierta, como la belleza del cuerpo por ejemplo, y cuando ésta se pierde, el amor desaparece y va en búsqueda de otro; y el amor verdadero del que habla Fedro, que se enamora del alma de su amado y perdura en el tiempo sin desaparecer, y haga lo que haga, si es para su amado, será considerado como una acción hermosa.
Eríximaco por su parte, agrega que el amor no solamente se manifiesta por un cuerpo o por un alma, sino por muchas otras cosas que el dios Eros genera en el hombre. Esto lo compara haciendo una analogía con el cuerpo humano que es su ámbito de estudio, puesto a que es médico, dividiéndolo en dos: el cuerpo sano y el cuerpo enfermo, a lo que llama “El doble Eros”, ambos desiguales que buscan amar al mismo cuerpo. Esto también puede ser visto desde la música o cualquier arte, ya que al haber dos desiguales, ambos buscan una armonía o punto de combinación en el que el amor es posible. Por ejemplo si hay notas musicales graves y agudas, no encontraremos un ritmo a menos de que estas se combinen. El amor entonces debe hacer posible esta transformación de lo enfermo a lo sano, y de lo grave o agudo al ritmo, y a su vez, todo esto procede del dios Eros que genera que dicho amor tenga ese poder.
Cuando intervino Aristófanes, la conversación se fue a otro punto de opinión completamente opuesto a los que se habían hablado hasta allí, pues éste contó según su creencia, el origen del hombre desde antes de ser como ahora, cuando la naturaleza suponía tres sexos: Masculino (descendiente del sol), femenino (descendiente de la tierra) y andrógino (descendiente de la luna). Este último participaba de lo masculino y lo femenino. La forma física de estos tres sexos era circular y tenían cuatro piernas, cuatro brazos, dos rostros en una sola cabeza, cuatro orejas, dos órganos sexuales y todo lo demás según el caso. Estos seres tenían gran fuerza y orgullo, lo que los llevó a desafiar a sus propios dioses, y Zeus por castigo los cortó en dos mitades para no extinguir la raza humana, pues no tendrían quien le rindiera honores. Sucedió así que luego de cortarlos, ordenaba Zeus al dios Apolo que volteara sus rostros en dirección al corte y juntara la piel para que quedaran sin aberturas.
Luego de la división cada una de estas nuevas mitades añoraba a su otra mitad y al encontrarse, se entrelazaban con sus brazos y morían de hambre al no querer separarse más. Entonces Zeus trasladó sus órganos genitales hacia su parte delantera para que se reprodujeran y no se extinguiera la raza humana. De allí que las mitades que participaban de lo masculino y lo femenino buscaban su mitad complementaria: los hombres a las mujeres y viceversa, y los que eran de igual sección, buscaban hombre a su otra mitad hombre y mujer a su otra mitad mujer. Por tanto, Aristófanes afirma que los hombres no deben hacer deshonra de ningún tipo a los dioses, pues pueden sufrir las consecuencias de su ira y ser divididos en la mitad del cuerpo humano actual, y el dios Eros es la única guía para vivir en amor por lo que debería ser enormemente venerado. Al terminar su discurso, Aristófanes suplicó a Eríximaco que no se burlase ni emitiera juicio de su discurso y Eríximaco manifestó estar tranquilo por saber que el turno seguía a Sócrates y Agatón.
Agatón comienza su elogio afirmando que todos han hablado de la humanidad y de los favores que el dios Eros le concede, pero ninguno le ha atribuido por sus cualidades. Las características de Eros son a diferencia de lo que proponía Fedro, un dios joven y hermoso, pues nadie se puede resistir a él y por la edad en la que aparece, en el nacimiento de la juventud de los hombres, no puede tratarse de un dios antiguo. Asegura que es valiente y justo, por haber vencido a Ares que solía ser el más valiente, y por no encontrarse en él ninguna inconformidad, discusión o pelea, en cambio ningún ser quisiera estar sin él. Además en el caso de la poesía, Eros genera los más hermosos versos y prosas en aquellos que ni siquiera conocen de las mismas. Todos los participantes del banquete, reconocen animosamente el elogio emitido por Agatón.
Sócrates que no había hablado se sintió en apuros por todas las palabras de sus compañeros pues decía no saber nada por sí mismo del dios Eros. Luego de hacerle varias preguntas a Agatón y hacerle saber que Eros no era ni bello ni bueno ni feliz, porque necesitaba ser amado para alcanzarlo, decidió contar lo que le pasó a él cuando pensaba así hablando con Diótima, una mujer que lo convenció de lo que él a Agatón. Ella decía que el hecho de que Eros no fuera bello, no significaba que necesariamente era feo, sino que había un punto intermedio. Así pues, Eros no era dios por no ser bello ni feliz, pero esto tampoco significaba que era un mortal. Diótima, decía que Eros era un Demon, un ser que interpreta las palabras y suplicas de los humanos y la lleva a los dioses y viceversa y a través de él funcionan las adivinaciones, los ritos y los elogios a los demás dioses. Eros es concebido según Diótima, de Poros y Penía, el dia del nacimiento de la diosa Afrodita, cuando Penía se aprovecha de la embriaguez de Poros y concibe a Eros, que es luego acompañante de Afrodita y su escudero pero no un dios como ella y por esto necesitado de amor, belleza y felicidad. Fue así como Sócrates demostró que el amor, aunque no se sepa completamente sobre él, hay que indagar a fondo con razonamiento lógico que lleve a alguna verdad.